Anibal (el final)

Es la parte tres lea primero la uno y la dos o no lea...

Fuimos Gregorio y yo (los amigos de él bien gracias) los que lo levantamos y lo llevamos al baño, el resto de mis compañeros se encargaban de cuidar la puerta y disimular para que no se note que teníamos un moribundo en el baño y terminemos todos en cana.
Debo aclarar que Gregorio con dos gotas de alcohol se ponía tremendamente pelotudo y tenía mucho mas de dos gotas en ese momento por lo que no me parecía el mejor ayudante pero era lo que había. Bajamos la cabeza del grandote al lavabo y comencé a tirarle agua para ver de donde sangraba mientras el grandote lloraba y decía “aaaaahhhhhiaaaaaaa” a lo que Gregorio acotó.... “Tan grandote y mariquita”.... Shhhhhh pelotudo callate!!!!!!!
Cuando pude limpiar las heridas vi de donde brotaba la sangre, el labio inferior estaba profundamente cortado la nariz tenia un corte exterior con la forma..... si con la forma de una boca obvio y la oreja.
Para tratar de calmar al muchacho que a esa altura era digno de lástima le dije:
-No pasa nada tenés dos tajitos locos.
-Y aca te falta un pedazo grande. Dijo Gregorio señalando la oreja.
-Shhhhhhhhhhhh pelotudoooooooooo!!!!!!!!
Pero era verdad, faltaba un pedazo de mas o menos dos cm.
-Flaco, quedate acá abajo del agua que voy a pedir un poquito de algodón. Le dije.
-Si.... como cinco bolsas mas o menos.... acotó de nuevo el pelotudo.
Lo tome a Gregorio del brazo y lo saqué del baño en donde todos mis amigos y los de él esperaban, al ver que salíamos entraron sus cuatro amigos y aproveché el momento para decirle a mi gente:
-TA HECHO MIERDA..... RAJEMOS!!!!!!!!!
Y así lo hicimos, todos salimos del boliche y nos encontramos con Aníbal y la Peti en la esquina y fué el momento de repetir la misma frase...
-TA HECHO MIERDA..... RAJEMOS!!!!!!!!!
Luego de correr varias cuadras nos sentimos más tranquilos y paramos para hablar del asunto, para preparar estrategias podría decirse....
-Te olvidaste de morderle el ojo boludo. Le dije en tono de reproche
-Trate pero cuando lo prendía se iba para adentro. Me contesto y agregó... La próxima vez le amputo un brazo.
Esa frese del ojo y la mención a la amputación realmente me hizo dudar de la estabilidad emocional de mi amigo por lo que preferí callarme por el resto de la noche.

Por varios meses no nos atrevimos a pisar ese boliche por miedo a encontrarlos y que nos reconozcan pero cuando se estrenó la película Hannibal no pudimos dejar de ir a festejar la coincidencia y brindar en el patio en donde Aníbal tragó un pedazo de oreja de un grandote abusador.
La Peti fué la encargada de descorchar el champagne.

Fin.